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Hotel Grand Riviera Princess Resort Playa del Carmen

EL VIAJE DE LAS CHICAS 2015

La gran inmensidad de este Resort en Playa del Carmen, Mexico me permitió disfrutar de un paisaje super caribeño, lleno de palmeras y vegetación,  canales de agua, piscinas a orillas de los bungalows, flores, corredores coloniales y unas esfinges que adornan el paseo que conduce a la playa.

Nos recibieron bien, rápidamente nos dieron las habitaciones, mi roommate y yo enseguida nos acomodamos, no así las demás, ya que algunas habitaciones tenían olor a humedad muy fuerte. A mí me gustó la habitación era bien amplia, tenía un hermoso balcón que daba al jardín y al paseo que conducía a la playa. Más me gustó el hecho de no compartir la cama queen,  ya que era toda para mí. Rara sensación ya que estoy  acostumbrada a compartir la misma con mis dos nenas y mi marido. El baño era grande y tenía un jacuzzi que daba a una ventana interna hacia la cama, que comunicaba al baño con la habitación. Realmente no era tan cómodo eso porque como estaba con una amiga no era necesaria esa comunicación.

Nuestras habitaciones estaban hacia el lado Este del Resort, bastante lejos del mar y de las piscinas pero algo mas cerca de algunos restaurantes de los 12 que contaba el Hotel. Nos despertábamos relativamente temprano y como mi roommate se iniciaba como entrenadora no podía dejar pasar esta oportunidad para entrenar con ella. Claro que el entrenamiento para mi duró un día porque al día siguiente ya no pude caminar del dolor de piernas.

Desayunábamos en el enorme buffet del Restaurante verde o naranja, depende donde encontrásemos lugar y había desde frutas, toda clase de cereales, huevos revueltos en vivo, buffet de comidas, quesos, cereales, jugos, variedad de panes; todo lo que te puedas imaginar y más, pero el servicio de café y té lo daban los mozos, así como la reposición de los cubiertos. Los últimos días estos mismos mozos solicitaban sin problemas que se les deje propina. Algo que en Paraguay no estamos acostumbrados a dejar, al menos en el desayuno.

En cuanto a los Restaurantes,  con la opción de todo incluido, uno tiene que reservar con mucha anterioridad para encontrar lugar. En el único que encontramos lugar la primera noche fue en La Vaquería; Mi plato realmente no estaba bueno, puesto que la carne parecía una jamonada, algo chicloso, lejos de ser un pedazo de bife de chorizo fresco, si bien se que la carne paraguaya es incomparable, me sorprendió esto.

Otra noche cenamos en el Restaurant Mamma Mia, allí comimos mejor, elegimos algunas opciones de pastas que no estuvieron mal.

Para ir a la playa elegíamos el carrito de Golf para 8 personas y tomábamos sol en las reposeras que estaban frente al mar.

Retirábamos las toallas de un servicio de toallas que había antes de entrar en la playa, las piscinas eran siempre muy concurridas y los restaurantes de esa zona también. La cola para tomar un trago era también bastante larga. Cabe mencionar que había un servicio de bebidas sin cargo adicional, incluidas en el paquete que nosotros compramos. El clima estaba bastante agradable y el agua siempre templada y transparente , lastimosamente a orillas del mar muchísimas algas, lo que ensuciaba mucho la playa. Al segundo día nos dimos cuenta que esas algas aparte de dar mal aspecto al lugar también es el escondite de peces y erizos en su entorno, puesto que una de mis amigas pisó un erizo y tuvimos que correr a emergencias.

La reacción de los de emergencias del Hotel fue lamentable puesto que le dijeron que tenía una hora de vida aproximadamente, si el pez erizo que piso era de tal o cual color, pero afortunadamente al llegar a emergencias del hospital nos atendió un médico más profesional, conociendo más del tema se dio cuenta que era una picadura que se podría infectar pero que no era tan grave como nos dijeron en la playa. Al cabo de unos días mi amiga empezó a caminar normalmente.  En el Hotel inclusive le quisieron cobrar por traer a otro médico profesional que no sea del Hotel, y que además si venia no podían asegurar cumpliría con todo lo que mi amiga necesitaba para cubrir su salud. Por suerte mi amiga tenía una tarjeta de crédito con cobertura de salud médica y fueron ellos los que le cubrieron todos los gastos y finalmente le atendieron.

En este caso lógicamente el hotel no tiene responsabilidad alguna, pero fueron las palabras de un médico poco cauteloso al no conocer la picadura decidió exagerar la situación provocando el desespero y angustia de mi amiga. Esa forma de actuar no ayudaron a mi amiga a conservar la calma.  Hay que decir que luego le atendió otro personal que la contuvo y acompaño hasta que ella saliera al médico.

Otra noche decidimos recorrer el centro de Playa del Carmen que estaba algo alejado, después de hacer algunas compras en algunos comercios fuimos a cenar en un hermoso restaurante temático de ahí.

El wifi no era bueno a pesar de que cada una pagó cerca de 50 dólares por persona.

Lo mejor de Playa del Carmen fue la noche de fiesta en Coco Bongo, una disco con varios pisos y aparte de poder tener un espacio reservado con bebidas incluidas para ver el show, contaba con la aparición de bailarines que se despliegan en un puente colgante delante de una enorme pantalla led  que luego se baja para bailar sobre el bar de tragos, haciendo un show alucinante de luces, música y baile.

Otra anécdota fue un viaje en catamarán que hicimos que nos llevó  hasta Isla Mujeres. Este viaje fue algo turbio desde el comienzo pues subió una mujer en estado etílico que estaba discutiendo con su pareja y luego se indispuso con el movimiento del barco. Como si esto fuera poco el capitán del catamarán perdió la paciencia, ante las preguntas de mis amigas, pues el también hacía de mozo y de anfitrión,  se empezó a poner nervioso y respondía  muy irónicamente a todo gritando “Claro que si, señoras y señores” todo esto sumando a que las historias que nos contaba de la zona eran todos inventos. De muy mala gana servía las cervezas, ofrecía snacks, ponía y quitaba el ancla. Empezó a ser algo agresivo en palabras con mis amigas, ya que luego de hacer snorkel varias de ellas se sintieron mal. Realmente creo que casi se volvió loco de rabia y por maleducado.

En general el viaje fue bueno ya que pasamos 5 hermosos días en la playa entre 10 amigas del colegio, donde primaron la risa, el buen entendimiento y la amistad.

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La cantidad de áreas comunes que ofrece, es realmente fascinante desde una mini galería para hacer las compras mas necesarias (bikinis) hasta tickets para ver el Museo de Cera, como sus dos Restaurantes, sumado a un bar tipo americano con bowling, 6 piscinas de aguas termales al aire libre y techadas, cascadas, y hasta bar en la piscina, un gimnasio enorme y la cocinitas para mamaderas son espacios y servicios que realmente me impresionaron.

Desde la amabilidad de un mozo que me lavo las mamaderas de las niñas hasta la cordialidad de una mucama que me facilito una bañera para la mas pequeña, son los detalles que hacen a un gran hotel.

De nada sirve invertir tanto en mega infraestructuras como estas si los detalles mas importantes que marcan la diferencia en una estadía no están cubiertos.

Parrilla, buffet, all you can eat, áreas para niños con entretenimiento como guías de entrenamiento  y cena para los mismos son cuestiones  que nos conquistaron y te convencen que sin eso la estadía sería un fracaso.

Habitaciones amplias con piso parquet, decoración y tecnología de punta fueron las características principales resultantes de nuestra habitación.

Unos consejos :iluminaría mas las piscinas a la noche para poder disfrutar mas largo tiempo de las aguas termales y haría que en el bar de la piscina puedan servir fuera del horario del Restaurant algún fideo o arroz para los más pequeños.

Gracias Recanto por la estadía inolvidable!

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