Les presento a Marysabel Aquino Arzamendia , con la que tengo el honor de trabajar actualmente en el Hotel Cecilia, ella es la encargada de Servicios generales y gobernancia, por su trayectoria y experiencia de haber trabajado en varios hoteles tanto de cadena como de una fundación, me pareció muy interesante hacerle unas preguntas sobre su experiencia y como a través de la hotelería podemos cambiar la vida de muchos jóvenes.
Ella es paraguaya, licenciada en Hotelería graduada en la Universidad Nacional de Asunción en el año 2.003 y tiene conocimientos operativos hoteleros más de 14 años de experiencia.
Se encuentra realizando una especialización en Didáctica Universitaria en la Facultad politécnica actualmente además da clases de Hotelería y Turismo en la Fundación San Rafael.
Durante estos últimos años su trabajo fue de organizar y estructurar el departamento de Housekeeping & Recepción en un hotel de renombre en Ciudad del Este; Hotel Casino Acaray, también se desempeñó como Supervisora de Housekeeping del Hotel Sheraton Asunción, siendo asistente de la Gerente de Room Manager en el trabajo diario; pasando también por el Hotel Bourbon en todo lo que es organización de pisos.
El verdadero desafío llegó cuando le tocó administrar operativamente una Escuela Hotel con un destino natural, Hotel Cerrito está ubicado en pleno corazón del Bajo Chaco en la localidad de Cerrito, Departamento de Presidente Hayes, a cuarenta minutos del centro de Asunción sobre el Km 46.5 de la Ruta Trascacho o Ruta Carlos Antonio López. Con un trabajo satisfactorio todos los días, transmitiendo con mucho entusiasmo, y desarrollando mis habilidades y conocimientos profesionales a jóvenes de escasos recursos.
“La experiencia fue totalmente diferente a lo que uno como profesional esta acostumbrada a realizar, en hoteles de prestigio, de renombre o simplemente hoteles, porque en ese lugar debíamos tener mucho más amor para dar, que recibir, porque la diferencia estaba en los recursos humanos ya que son adolescentes de diferentes ciudades, con otra cultura y educación recibidas.”
¿Como fue para vos trabajar con tantos jóvenes?
Personalmente creo mucho en los planes de Dios para con sus hijos y le decía simplemente que no esté en un lugar donde yo no pueda donarme, enseñar o acompañar un proceso; y fue así como pasaron dos años, donde crecí como persona al trabajar con jóvenes con el tema de “aprender haciendo”.
¿Cuál te parece que era la diferencia entre un hotel y el hotel escuela?
La principal diferencia entre un hotel y un hotel escuela es que en la operativa diaria, por ej. el procedimiento de Gobernancia hay que ceñirse a los estándares y políticas del hotel, sin embargo, con los jóvenes esto implicaba una repetición constante debido a la rotación de secciones y áreas de trabajo que tenía la escuela San Francisco de Asís. Implicaba pasar directrices diarias y controlar el doble. Otro punto también era tomar posturas diferentes en las sanciones, pero transmitirle disciplina para lograr que las tareas sean terminadas en tiempo y forma.
El ”aprender haciendo”, que les importe como adolescentes en primer lugar y como futuro profesional. La mayoría de los casos lo tomaban como un castigo y obligación por las tareas asignadas y ahí entraba el liderazgo y compromiso de uno para demostrar lo contrario.
¿Cuáles fueron tus principales desafíos al trabajar allí?
Primeramente, adaptarme como profesional; utilizar otro lenguaje, al cual operativamente no está acostumbrado, por otro lado, los recursos tanto materiales como humanos que son los principales elementos para la toma de decisiones.
¿Crees factible el surgimiento de otros hoteles escuela como herramienta educativa y formadora para nuestra sociedad?
Creo que más que factible es muy necesario replicar en otras localidades porque en primer lugar en el “aprender haciendo” se practica disciplina y hoy en una cultura que se escapa de las responsabilidades esto lleva a un adolescente obligatoriamente a formarse.
¿Qué le dirías a los jóvenes que están iniciando la carrera de hotelería y turismo?
Insto a los jóvenes que sean perseverantes en un ambiente donde el servicio es un cambio constante porque cada día los clientes son más exigentes y eso lleva muchas veces a la frustración de no agradar con el resultado, pero así también el agradecimiento de muchos de ellos y la experiencia de contar con anécdotas te llevan con el tiempo a darte cuenta de que estas por buen camino.
Si querés leer más sobre el Hotel Cerrito, es una de mis primeras entradas en este blog.